miércoles, 22 de junio de 2011

Teoría psicoanalítica

Dentro de los muchos estudiosos que se preocuparon por la conducta humana, y fundamentalmente por el comportamiento agresivo de los seres humanos está Freud padre del psicoanálisis, quien escudriñó las profundidades de la psiqui, ese mundo misterioso y controvertido de los seres humanos, donde percató que existen fenómenos que se producen como resultado de las múltiples manifestaciones, acciones y reacciones del hombre, que se originaban de los instintos humanos. 
     Después de haber vivido los horrores de la primera guerra mundial, y de haber analizado un centenar de pacientes neuróticos, llegó a la indiscutible conclusión que el hombre tiene dos fuerzas contrapuestas o instintos que llevan al individuo a la conservación de la vida uno, y a la destrucción y muerte el otro. Igualmente señalaba en torno al comportamiento humano, que el hombre es un campo de batalla en la que se enfrentan esta dos fuerzas biológicas poderosas, que él denominó impulsos de la vida contra el impulso de la muerte. La primera guerra mundial fue el punto de partida, el motivo fundamental y la línea divisoria en la formación de su teoría de la agresividad. Tal como expresa Erich Fromm en su obra Anatomía de la Destructividad Humana, haciendo alusión a la teoría de Freud, dice que el mismo consideraba la agresividad como uno de los instintos componentes del instituto sexual. Por otro lado decía: "El sadismo correspondería así a un componente agresivo del instinto sexual independizado y exagerado, y por desplazamiento usurpador de la posición principal" (Fromm, 1979). 
     En un principio Freud pensó y así lo expresó que el instinto sexual es el componente primario de la agresividad, posteriormente en sus investigaciones se percató de que la agresividad no sólo provenía del instinto sexual, sino también de los instintos del ego. La explicación que hace Freud de esta nueva concepción teórica de la agresividad y se expresa por sí sola cuando en sus posteriores concepciones: nos decía: “La relación de odio con los objetos es más antigua que la del amor, procede del repudio primordial narcisista por parte del ego del mundo externo con su efusión de estímulos. En su calidad de manifestación de la reacción de disgusto provocado por los objetos que da siempre una relación íntima con los instintos conservadores del individuo; de modo que los instintos sexuales y del ego pueden fácilmente formar una síntesis en que se repite la de amor y odio” Freud, se percata posteriormente y después de haber tenido algunas evidencias clínicas sobre el hecho de que el niño no necesariamente repudia al estímulo y odia al mundo por su intrusión sino que "puede afirmarse que los verdaderos prototipos de la relación de odio se derivan no de la vida sexual, sino de la lucha del ego por conservarse y mantenerse.En su obra más allá del principio del placer escrita en 1920, Freud hace una nueva revisión e interpretación de sus teoría de los instintos en recapitulación, por primera vez hace una dicotomía para diferenciar lo que él consideraba y denominaba EROS o instinto de conservación de la vida en donde la sustancia viva u orgánica es el fundamento y el objeto de conservación mientras el otro instinto que él denomina tanato o instinto de la destrucción y muerte en la eliminación de la materia orgánica por materia inorgánica partiendo de las especulaciones acerca del principio de la vida y de paralelos biológicos saqué la conclusión de que aparte del instinto de conservar la sustancia viva y de unirla en unidades cada vez mayores, debe haber otro instinto contrario que trata de disolver esas unidades y de hacerla regresar a su estado primigenio inorgánico.Por otra parte, Freud en su concepto dualista sobre el instinto de la vida y el instinto de la muerte, se percata profundizando en sus estudios psicoanalíticos que existe cierta tendencia del individuo a autodestruirse, a lo que él denomina masoquismo o la internalización de la energía de la líbido, derivado de narcicismo o de la autodestrucción primaria, de igual forma sostiene que existe la tendencia del individuo de destruir a sus semejantes o al mundo exterior, como consecuencia de la líbido objetiva; es decir, cuando la líbido se dirige hacia el objeto externo constituyendo así el denominado narcicismo secundario o lo que Freud denomina sadismo. Esta relación de conceptos explicada en su obra El malestar en la cultura. Cuando Freud habla del instinto de muerte desviado hacia el mundo exterior y que sale a la luz en forma de instinto de agresividad y destructividad. En las nuevas aportaciones el psicoanálisis habla de la autodestructividad, manifestación de un instinto de muerte que no puede faltar en ningún proceso vital. En la misma obra expone Freud su pensamiento de modo más explícito.Nos vemos conducido a opinar que el masoquismo es más antiguo que el sadismo y que el sadismo es el instinto destructivo dirigido hacia el exterior, adquiriendo así la característica de la agresividad.Sobre su concepción teórica respecto a las relaciones sociales de los individuos Freud plantea la tesis de que en el proceso de socialización un individuo buscará salida a sus deseos instintivos. Este proceso se llama desplazamiento. El desplazamiento es el mecanismo de defensa por la cual un individuo desplaza su hostilidad hacia otro, implica la búsqueda de una víctima propiciatoria. La psiqui se fija en los individuos sobre los cuales se puede desahogar el odio porque no cumplen con lo que se requiere en alguna esfera de la vida social; el individuo o los individuos sobre los cuales puede desahogar el odio porque no cumplen con lo que se requiere en alguna esfera de la vida social; el individuo o los individuos pueden no tener nada que ver con el destinatario básico de hostilidad.
     Freud manifiesta que este mecanismo puede llevar a una batalla contra la injusticia, la pobreza de la discriminación practicada con los grupos minoritarios. Pero si la experiencia traumática ha sido excesiva, la sublimación puede no ser lo suficientemente efectiva como para permitir al individuo alcanzar objetivos aceptados socialmente por otros y emocionalmente por él. Según el padre del psicoanálisis existen otros mecanismos en el individuo, que impiden que salga a flote la agresión. Estos mecanismos denomina: identificación, sustitución y compensación. El primero se reúne al odio inconsciente que tiene un individuo contra otro y que mediante este mecanismo se puede sublimar esta situación y evitar que el hijo odie a su padre o la madre odie a su madre. Mediante el mecanismo de la sustitución, los individuos pueden revelar su odio contra una figura distinta al prototipo, sin embargo, este será siempre más débil y de menos intensidad que el odio dirigido al objeto original. Por otro lado, la compensación tiene un alto valor social, ya que los individuo tienen ocupaciones exitosas o realizan actividades creativas con el fin de superar sus desventajas reales o imaginarias.

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